miércoles, 1 de mayo de 2013

Seminario ejército de tierra y medios de comunicación social

El seminario dedicado al ejército de tierra y medios de comunicación social organizado de forma conjunta por el departamento de comunicación del ejército y la facultad de Ciencias de la información, se apoderó del salón de actos de dicha facultad, durante la mañana del lunes 22 de Abril. Esta toma de contacto con el ejército de tierra, se ha tomado como una nueva opción para dar a conocer el mundo de las fuerzas armadas y su relación con los medios de comunicación, gracias al convenio que la facultad de ciencias de la información desarrolla de forma simultánea con el ejército de tierra.  Doña Carmen Pérez de Armiñán, decana de la facultad, acompañada de D. Luis Ruiz de Gordoa y Pérez Leceta, jefe del gabinete del JEME eran los encargados de dar el pistoletazo de salida a un seminario en el que se comenzaron resaltando algunos de los inconvenientes con los que debe lidiar el ejército en la actualidad. Temas como el déficit en cultura de defensa en la sociedad española, los estereotipos o la imagen que se tiene del ejército a causa de lo que se refleja en las grandes producciones cinematográficas, son algunos de los clichés perjudiciales para este colectivo.
 
 

“No se puede informar de lo que no se conoce”. Frase que sonaba en boca de Doña Carmen Pérez de Armiñán instantes antes de que D. Luis Ruiz de Gordoa manifestase que “no pido que se hable bien de las fuerzas armadas, pero sí que se haga con exactitud. Pedimos que se conozcan los elementos de juicio para poder redactar algo referente a nosotros con claridad”. Una claridad que fue palpable durante la primera ponencia de la mañana a cargo del comandante D. Alfonso Jáudenes Sánchez, analista del estado mayor del ejército. La evolución del ejército de tierra durante los últimos cuatrocientos años fue el principal protagonista. Destacando momentos puntuales y brillantes de este ejército como los conocidos tercios, grupo que domina los campos de batalla europeos durante más de cien años. El declive de estos se produce en la famosa batalla de Rocroi, lo que dará paso posteriormente a un ejército profesionalizado y reducido en la época de los borbones, con regimientos similares a los franceses.
La guerra de la independencia supondrá un salto importante para el ejército español. La aparición del cuerpo de estado mayor, así como varios conceptos de vital importancia como la nación de armas o la guerra total, harán que se produzca un cambio destacado a finales del cambio de siglo. Esta transformación del ejército será palpable a medida que se producen mejoras técnicas en las diferentes unidades de línea. El ejército expedicionario será junto al desembarco de Alhucemas en 1925 un hecho recalcable en la historia de las fuerzas armadas nacionales. Se produce una evolución evidente durante los años 1970 – 1980, época en la que el ejército español buscará asemejarse a los ejércitos occidentales, tomando como referencia a países como Gran Bretaña o Estados Unidos. En los años noventa, la sociedad española cuestiona el servicio militar, mientras que disminuye la cobertura de las unidades. Destacarán las denominadas “misiones de paz”.
Como conclusión, se puede destacar que según el propio ejército de tierra, este se encuentra en permanente evolución. En un futuro no muy lejano, el ejército tenderá hacia las brigadas polivalentes. De hecho, esto es lo que se busca en la actualidad. La polivalencia se enfrenta a la incertidumbre, lo que supondrá una evolución evidente. Las unidades deben de servir para todo, en la búsqueda de un ejército híbrido, que deja atrás al ejército especializado.
Por su parte, la segunda ponencia dedicada a “Los medios de comunicación y el ejército de tierra” fue conducida por Dr. Manuel de Ramón, profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. El propio de Ramón, charló sobre el choque de conceptos opuestos en cuanto a lo que debe de ser la información entre militares y periodistas. Evidentemente, cierto sector del ejército es reacio a relacionarse con periodistas por diferentes razones. En cambio, el periodista busca informar aunque se han dado casos de periodistas no especializados en defensa que lo único que han buscado es un titular sensacionalista. El denominado “filibusterismo”, es una actitud irresponsable que perjudica a las víctimas y a la propia profesión periodística.
Cabe destacar, que militares y profesionales del periodismo se nutren de fuentes informativas, es decir, el respeto entre ambos debe de ser mutuo. Si las fuentes se convirtiesen en medios, podría ocurrir que al público le llegase directamente la información sin acudir a los medios de comunicación convencionales. De ser así, estos perderían su tradicional función de intermediarios entre el público y las fuentes. Y de paso, su influencia y sus capacidades de analizar y buscar la verdad contrastada de datos.
En los últimos años, el ejército de tierra, ha sido el que más ha cuidado las relaciones con los medios de comunicación. Este tiene un gabinete de prensa muy trabajado, que cuenta con grandes profesionales con años de experiencia. Según el propio Manuel de Ramón, es importante que se mantengan las mismas personas en él, ya estas conocen mejor a los periodistas y se establecen relaciones de confianza mutua. Además, el sistema de comunicación en las fuerzas armadas está muy jerarquizado, lo que frena mucho la labor periodística. La situación del periodismo especializado en defensa es pobre. La especialidad se ha ido despoblando hasta quedarse prácticamente sin especialistas.
En cuanto al “Departamento de comunicación del ejército de tierra”, fue el tema principal de la tercera ponencia dirigida por el coronel Fco. Javier Marcos Izquierdo, analista del departamento de comunicación del ejército de tierra. El propio Marcos Izquierdo analizó la organización y función del DECET, para posteriormente dejar paso al teniente coronel Fernando Buesa, que ilustró a los asistentes con la “Información pública en operaciones militares”. Desde la comunicación en operaciones militares, pasando por el término del periodista empotrado, aquel que convive con las tropas en el día a día, sufriendo el conflicto en primera persona. Cabe destacar, que el empotramiento, acerca al periodista a una realidad inesperada, puesto que nunca se sabe que puede ocurrir en el campo de batalla.
Tras desglosar los diferentes temas, el comandante Alfonso Jáudenes cerraba la mañana explicando las diferentes misiones en el extranjero que lleva a cabo en la actualidad el ejército de tierra. La finalidad de las tropas repartidas en Afganistán, Líbano, Uganda, Mali y Bosnia, no es otra que el adiestramiento y asesoramiento de las tropas locales, así como llevar a cabo labores de ayuda humanitaria.
Para finalizar, José Antonio Guardiola, uno de los grandes periodistas y corresponsales de guerra que habido en nuestro país en los últimos años destacaba la relación entre militares y periodistas. Tema de especial importancia en la mesa redonda que tuvo tenía lugar antes de la clausura del seminario. “La relación entre militares y periodistas, es una relación cómplice. Ellos tienen el poder de que tienen la información que tú quieres dar. Ellos saben que tú vives de la información que das. Entonces si se genera una relación de mutua confianza suele funcionar. Si el militar sabe, que tú vas a contar lo que te están contando ellos, y lo vas a contar con lealtad a la realidad, al final te van a seguir pasando informaciones, pero para ello la mutua confianza importante. Básicamente el periodista sabe que lo que los militares les cuentan suele ser la verdad, aunque no necesariamente tiene que ser toda la verdad. Mientras que el papel del periodista consiste en rellenar esa verdad, con toda la verdad, o lo más cercano a la realidad. Básicamente ese es el trabajo del periodista en estas labores de guerra. Aunque además entra en juego también un tercer elemento que es el impuesto por el ministro de defensa. Ahí es donde las relaciones comienzan a tener cierto choque. Cuando el jefe de prensa del ministerio de defensa da una orden, eso ya suele debilitar las relaciones, se producen ciertas disfunciones en la comunicación de los periodistas”.

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